lunes, 21 de noviembre de 2016

Averda, la empresa que ha salvado a Brazzaville


Instalado en el Congo Brazzaville desde julio de 2015, Averda es una empresa árabe con sede en Dubái, especializada en la gestión de residuos. Esta compañía ha cambiado por completo el rostro de la capital congoleña, que desde mucho tiempo figura entre las ciudades más sucias del mundo, con serios problemas de recolección de basura.
Brazzaville en la orilla del poderoso Congo, en el fondo es Kinshasa(RD Congo).

Esta triste realidad ha llamado la atención de los congoleses de que la “Crisis de la Basura” viene siendo un problema muy serio, ya que no existía una solución eficiente para la recolección eficiente de la basura de la capital del Congo. A falta del procesamiento adecuado de los residuos, se cae en el riesgo constante de contaminar al medioambiente, que puede llegar a causar el deterioro de nuestro entorno y del desarrollo turístico de Brazzaville, ya que su atractivo primario es el entorno verde que le caracteriza. Po resta razón, casi toda la población de la capital alaba la labor y el profesionalismo de Averda.

Averda Congo et sus empleados son alabados por los ciudadanos.

De Bacongo, uno de los barrios sur de Brazzaville, a Ngamakosso en las afueras del límite norte de la capital, los empleados de esta empresa se han convertido en los héroes de Brazzaville. Armados con escobas y palas, sus obreros se dedican a recoger la basura que inunda la acera. Se les reconoce simplemente por sus monos azules y zapatos de seguridad.
Un obrero de Averda barriendo las calles de Brazzaville.

De hecho, en las últimas semanas, "Brazza la linda" se ha rejuvenecido para volver a ser "Brazza la verde", como se le conocía en los años 80, no solo por la exuberante vegetación que constituye la orilla izquierda del poderoso río Congo, sino también porque acaba de graduarse como una de las capitales más limpias de África.

Centro de negocios de edificios estatales en Brazzaville

El profesionalismo de los trabajadores de Averda se ha convertido en uno de los referentes nacionales de la lucha contra la insalubridad, y tanto habitantes como visitantes de la capital del Congo coinciden en que ahora sus calles y avenidas se mantienen impecables, principalmente las del Centro Histórico donde se ubican los centros de negocios. Las calles son tan limpias que las gentes ya ni siquiera se atreven a tirar papeles, bolsas, botellas y servilletas.

Un paseo de noche en Brazzaville

Sin embargo, hay que señalar que el trabajo es arduo, porque en cuanto los obreros terminan de limpiar, el comienzo de la calle nuevamente se encuentra sucio y es la misma gente que se dice feliz del trabajo realizado la que contamina el lugar y hace que tenga un mal aspecto. Es un problema cultural, porque el hombre africano, mas precisamente el congoleño, solo tiene un concepto muy limitado de las responsabilidades del estado. El africano ve el estado como una entidad paterna que debe resolver hasta los mínimos asuntos diarios del vecindario.



Uno de los mejores aprovechamientos de esa colaboración con Averda es el proyecto de creación de un vertedero enorme en el pueblo de Lifula(30 kilometros de Brazzaville), para procesar todos los desechos recoltados de la ciudad. Totalmente diseñado, construido y operado por Averda, el centro vertedero de Lifula cubrirá 40 hectáreas, incluirá ocho células de almacenamiento y tendrá una vida útil de 15 años. El vertedero será el más grande jamás construido en el Centro África.


La vereda de Lifula con su hermoso paisaje.

El nuevo vertedero estará equipado con un sistema de recogida y tratamiento de lixiviados, un sistema de captación y reutilización del biogás extraido de los residuos, para eliminar los peligros de contaminación y asegurar un mejor tratamiento de las aguas superficiales.


Lifula, Congo, cerca de donde se va a construir el vertedero.

Entre los objetivos del proyecto de la planta de residuos sería captar el biogas producido por el vertedero, que podía ser usado principalmente como biocombustibles: biometano licuado, que sería utilizado para el transporte pesado, como los nuevos autobuses eléctricos que ya están circulando en Brazzaville o también promover el gas natural licuado como fuente de gasolina para soportar el popular corredor del transporte entre los municipios de Makelekelé y Talangaí.

La entrada del malecón de Brazzaville



También cabe la posibilidad de construir la primera planta eléctrica de cogeneración  en la capital congoleña, con el biogás producido por el vertedero de Lifula, para luego vender la energía a la SNE( la empresa nacional eléctrica). Estas medidas hacen de este vertedero un verdadero modelo en términos de recuperación de energía. 
El principio de una planta de bio-metanización


Al apoyar este tipo de iniciativas privadas, el gobierno congoleño quiere estimular proyectos que ayudarán a reducir la tasa de desempleo nacional que es de 46.10 %, según los últimos datos de 2016 del instituto Trading Economics. Averda ya emplea a 1.500 personas en el Congo Brazzaville y se estima que el proyecto de la captación del biogas permitirá reclutar un centenar de empleados adicionales. Sin lugar a dudas, esto es un proyecto que estimulará la economía local.

Una hermosa playa en las cataratas del Congo, al sur de Brazzaville.

En mi opinión, hace falta que la alcaldía de Brazzaville aproveche los logros de Averda para unir lo útil a lo necesario en lo que le toca. Por ejemplo, paralelamente a la limpieza de las calles y la recolección de la basura, se puede lanzar un plan de desarrollo amplio para las áreas verdes alrededor de la capital. Se trata de volver a sembrar matas como los manglares, palmeras, matas de mango o pinos a lo largo de las avenidas y las calles principales. 



La iglesia católica Santa Ana de Brazzaville
El turismo y la inmigración ilegales de los ciudadanos de países vecinos han provocado en Brazzaville un crecimiento demográfico impresionante, pues se necesita de gente que atienda los resorts hoteleros y a los turistas que vienen cada día a estos destinos. Todo esto conlleva una mayor generación de residuos y recursos naturales por parte de cada habitante.

El congoleño es reconocido como un pueblo orgulloso, que siempre le gusta bien parecer. Pero debemos saber que la regla de la moda es tan absoluta que nos obliga a olvidar los conceptos fundamentales básicos como la higiene y la comodidad.